Es curioso ver de cerca esa cara de niña en un cuerpo de mujer. Curioso, pero impresionante. Natalia Vodianova, top entre las tops, es de esas modelos que tienen una historia interesante escondida tras su belleza.
Para entender sus inquietudes y su actos hay que repasar los pasos que ha dado en sus 29 años de existencia: su origen más que humilde en Rusia, su éxito fulgurante en la moda, su matrimonio con Justin Portman -un aristócrata inglés multimillonario-, sus tres hijos, sus pinitos en el cine -fue la Medusa de Furia de titantes y tiene pendiente el estreno de Belle du Seigmeur, una película de amor en la que comparte plano con Jonathan Rhys Meyers-… en fin, su vida.
Da la sensación de que ha tenido mucha suerte, ya que de pequeña vendía fruta en un mercadillo a 20 km de Moscú y, actualmente, forma parte de la flor y nata mundial. Tal vez sólo tenga la que se merece y su triunfo estaba escrito para que pudiera regalar un poco de fortuna a los demás. En el año 2004, Natalia fundó The Naked Heart Foundation, una organización que construye parques infantiles en su país (más de 50 hasta el momento).
Es milagroso que Natalia Vodianova haya llegado hasta donde lo ha hecho, y más teniendo en cuenta que hasta los 18 años las firmas de moda y cosmética eran unas grandes desconocidas para ella. Natalia es de esas personas que ven una oportunidad incluso en lo que parece algo malo inicialmente. ¿Así llega el éxito?
Sea como sea, está claro que esta cenicienta de las pasarelas hoy está muy cerca de la perfección. Que sepamos tiene salud, cariño, fama… y riqueza.
Imagen: NataliaWeb