Una siempre piensa que las humillaciones por ser mujer, el maltrato de género, los asesinatos a manos de un marido celoso y todas esas cosas que tan frecuentemente inundan las páginas de los periódicos y las columnas de sucesos, no pueden sorprendernos más con una nueva vuelta de tuerca.
Pues nos equivocamos. Durante estos días no paro de leer lo que durante la pasada Primavera Árabe, no dejaban de denunciar las participantes en las manifestaciones de la Plaza de Tahrir en El Cairo.
Al principio las tacharon de mentirosas y de querer ensuciar el nombre de un régimen que parecía no poder caer más bajo. Como siempre en estos casos, la realidad supera a la imaginación y los tan traídos y llevados “tests de virginidad” han resultado ser desgraciadamente ciertos.
Amnistía Internacional se empeñó en hacer llegar la voz de esas mujeres humilladas, torturadas, maltratadas y vejadas hasta todos los rincones del planeta y ha hecho falta que un general egipcio –Amr Iman– “cantara” y encima se sintiera orgulloso de lo que habían hecho porque “esas muchachas que fueron detenidas no eran como su hija o la mía”, haciendo referencia a que las jóvenes habían acampado junto a varones y que les habían encontrado drogas y cócteles molotov.
Lo cierto es que durante la celebración del Día de la Mujer, las jóvenes se manifestaron en la famosa plaza egipcia y 18 de ellas fueron detenidas. Las mujeres “rebeldes” denunciaron ante Amnistía Internacional que fueron golpeadas, que les dieron descargas eléctricas, las sometieron a registros corporales sin ropa, mientras los soldados las fotografiaban y finalmente las obligaron a someterse al “test de virginidad”. De no hacerlo y demostrar que eran vírgenes serían, además, acusadas de prostitución.
Según el militar egipcio, los reconocimientos se hicieron para evitar que las mujeres les denunciaran por violación y así demostraban que no eran vírgenes antes de la detención. De hecho, el general aseguró que ninguna de ellas era virgen. Sin embargo, una de las jóvenes declaró que ella era virgen, aunque su prueba supuestamente demostró lo contrario y por ello fue golpeada y doblegada con descargas eléctricas.