En verano tomar un postre fresquito es un una buena idea para hacer que los más peques de la casa tomen de buena gana la fruta. En lugar de darles un helado industrial, de los que encontramos en el supermercado cargado de grasas y azúcares, podemos hacerlos nosotros mismos en casa sin emplear ni demasiado tiempo ni esfuerzo.
Este rico postre es una buena ocasión para incluir en el helado aquellas frutas que no suelen comer, bien porque no les gustan por su sabor o bien porque su textura no les resulta agradable.
En Ikea he encontrado estos coloridos moldes. Funcionan muy bien: solo hay que rellenar los moldes, poner su tapa con el palito y colocarlos en su soporte. Para desmoldarlos, basta con sumergirlos unos segundos en un vaso de agua caliente. Salen perfectamente. Podéis encontrarlos aquí a un precio estupendo: 1,99€.
Hoy os traigo 3 deliciosas y refrescantes opciones, todas ellas muy nutritivas y fáciles de elaborar. Eso si, las combinaciones son infinitas y solo hay que probar.
– Helado de plátano y fresa: batir 2 plátanos, 4 fresas y medio vaso de yogur (sabor a elección: fresa o plátano, dependiendo del gusto que se le quiera dar).
– Helado de piña y pera: batir 1 pera, 3 rodajas de piña y un yogur. En este caso, personalmente prefiero el yogur natural.
– Helado de melón y melocotón: batir 2 rodajas de melón muy dulce, 1 melocotón y un yogur de macedonia.
Con estas ideas no hay excusas para no saborear un postre sano y refrescante durante este verano. Ah! y es apto para niños y no tan niños.
¿Cuál es su helado casero favorito?