Ya sabemos, sobre todo quienes los padecemos, los múltiples síntomas que pueden acompañar a la menstruación cada mes y lo hacíamos en la primera parte de este post. Ha llegado el momento de intentar probar todo cuanto esté a nuestro alcance para aliviar esas dolencias y ya dijimos que, al tratarse de un estado provocado hormonalmente, una buena manera de paliar la sintomatología será con la alimentación.
Hablaremos primero de los alimentos que van a ayudarnos a reducir en buena medida la irritabilidad, los desaguisados de nuestro estado anímico, esa tristeza… Bien, para eso va como ni pintado el consumo de triptófano, un aminoácido esencial que mejora la producción de serotonina en nuestro cerebro y con ello mejora la sensación de bienestar y conseguimos equilibrar un poco más la ansiedad, el insomnio y el estrés, además de aumentar los efectos placenteros.
¿Y dónde encontramos esta maravilla? En los frutos secos, la leche, los huevos, el chocolate, los dátiles, los cereales… Sí, no se trata de que nos atiborremos, pero sí que durante esos días no estaría nada mal que nos mimásemos un poco.
Ahora bien, olvidemos aquellos productos refinados, la bollería, los pasteles; optemos por los carbohidratos ricos en nutrientes: frutas, pasta, arroz y cereales integrales…
Aumenta tu aporte de vitamina B, zinc, selenio, cobalto, manganeso, yodo, calcio… todo ello, en la proporción adecuada y durante los días indicados, lograrán subir tu ánimo, elevar tu energía, provocar un efecto sedante sobre las zonas afectadas, mantener a raya el exceso hormonal y relajar el útero.
La levadura de cerveza y el germen de trigo puede ser grandes aliados si no consigues combinar todo lo que te hemos nombrado. De todos modos, una visita a la zona de parafarmacia o de homeopatía, te brindará numerosas combinaciones de todos esos elementos en un solo comprimido, en perlas, en infusiones o en cualquier otro formato que te sea fácil consumir.