Hoy se cumplen 75 años del inicio de la Guerra Civil española, un acontecimiento macabro y cruel que permitió que un grupo de militares insurrectos se hicieran con el poder, derrocando a un gobierno republicano legítimamente elegido. Los actos en torno a aquel desastre español, que acabó por instaurar un régimen fascista durante 40 años, se suceden en todas partes del mundo.
Exposiciones, cine, coloquios… son las muestras de respeto hacia miles de españoles que acabaron en fosas comunes, asesinados, encarcelados, exiliados o simplemente borrados para siempre de los censos de sus ciudades.
Dentro de ese grupo de personas a quienes la desgracia golpista de Francisco Franco les arrancó la vida de cuajo, forman un apartado especial las milicianas, un grupo de mujeres que marcharon al frente para empuñar las armas contra los sublevados y poner rostro a las damas de la República.
Se encargaron de todo tipo de tareas. En la retaguardia ocuparon los puestos de trabajo que los hombres habían dejado para irse al frente. En el campo de batalla empuñaron sus fusiles para luchar por la libertad y defender los derechos de todos los oprimidos.
En Buenos Aires, la Embajada de España en la República Argentina y la Secretaría de Inclusión y Derechos Humanos del Gobierno de ciudad bonaerense, han elaborado un acto conmemorativo en honor a aquellas milicianas. Se trata de un ciclo titulado Mujeres de una guerra. España (1936-1939).
Dentro del ciclo ha destacado, por su vistosidad, la exposición fotográfica Mujeres de una guerra. Una colección de instantáneas que rescata el papel de la mujer, como miliciana o en la retaguardia. Las fotografías han sido colocadas al aire libre, montadas sobre estructuras colocadas al pie del Puente de la Mujer. Allí permanecerán hasta finales de julio.