Difícil de explicar aunque fácil de entender: así es el megaproyecto de Ferran Adrià y el arquitecto Enric Ruiz Geli. Ellos mismos lo han resumido.
1. Abrirá en 2014 pero todavía no se sabe fecha concreta. Y estará situado en el mismo lugar, en Cala Montjoi.
2. Será una fundación. Es decir, sin ánimo de lucro. Juli Soler y Albert Adrià formarán parte del patronato.
3. No será una escuela. La misión del nuevo Bulli Foundation es ayudar a pensar y, sobre todo, a crear.
4. No habrá horarios. Tampoco reservas ni rutinas. Ni siquiera habrá muros ni seguridad. El lema es la libertad.
5. Luchará por la sostenibilidad. Dispondran de energía renovable para alcanzar el nivel cero de emisiones de CO2.
6. Trabajaran en tiempo real. Se filmará cada día de El Bulli para que todo el mundo tenga acceso al mismo a través de Internet.
7. No será un museo. Aunque sí convertirán la antigua cocina en un archivo con la historia del restaurante.
8. Podrá ir gente, y de hecho lo hará, a comer. Además, no habrá ninguna regla fija ni tampoco reservas.
9. Tendrán colaboradores. Cocineros, creativos publicitarios, diseñadores… Unos quince por temporada.
10. Reunirán a los mejores. Por si no fuera suficiente, celebrarán una cita anual de grandes chefs.
Y, por supuesto, no habrá que temer el haberse quedado sin poder disfrutar de la gastronomía de El Bulli puesto que sus genuinos sabores seguirán llenando las mesas en su nuevo local, 41º, que comparte espacio con Tickets, La Vida Tapa.
Dos espacios complementarios en los que reinarán el fast food, el picoteo de autor, los cócteles y el genial sello Adrià en la Avenida del Paralelo 164 de Barcelona.