No hay sentido de humor sin creatividad e ingenio. Para crear una buena sintonía, hay que ver las cosas desde un punto de vista diferente y divertido, lo que no puede hacerse si no se tiene una inteligencia creativa.
Un buen ejemplo de ello son los celebrados monólogos del cómico Andreu Buenafuente. La fórmula siempre es la misma: se parte de un suceso de actualidad y se le da la vuelta para que resulte divertido. Lástima que este genial humorista haya decidido que esta última temporada de su programa “Buenafuente” sea la que cierre su ciclo televisivo. Espero que sea algo temporal y pronto volvamos a verlo en la pequeña pantalla.
Según el psiquiatra William Fry, la creatividad y el humor son la misma cosa: “Ambos implican poder juntar dos cosas que no tienen una conexión obvia y crear una relación”. Por esta razón, si queremos ser más creativos y emprendedores en cualquier ámbito de nuestra vida (no solo en el laboral, sino también en las actividades de ocio, al relacionarnos con los demás…etc) debemos echar mano del humor.
Un buen ejercicio para estimular la creatividad es elegir dos palabras al azar en el diccionario y establecer una relación divertida entre ellas. En ocasiones, nos sorprenderemos a nosotros mismos de como podemos crear nexos entre conceptos totalmente distintos.
Los niños tienen una creatividad maravillosa. Ellos son capaces de simular situaciones a partir de objetos que no tienen nada que ver con su uso real. Los adultos debemos tener cuidado en no coartar esta creatividad, dejándoles que su imaginación tome una parte activa en su vida diaria.