El anuncio lo ha hecho hoy el propio rey Abdulah Bin Abdulaziz, monarca de Arabia Saudita, el único país del mundo en el que las mujeres tienen prohibido el derecho a votar sólo por la condición de su sexo. Sin embargo, ese hecho parece que pasará a la historia a partir de las próximas elecciones municipales, que se celebrarán en el año 2015.
Los movimientos feministas y de derechos humanos del país han acogido la noticia con notable recelo y mucha cautela, a pesar de la decisión del rey Abdalá de que “liberar” a las mujeres y permitirles la participación en la Shura, el Consejo Consultivo del pueblo saudí, además de concederles el derecho al sufragio activo y pasivo, aunque ese derecho les seguirá estando vedado en las municipales que se celebran el próximo jueves.
Los medios se han apresurado a calificar el hecho como la “primavera de las mujeres saudíes”, una especie de hito en un país en el que las damas permanecen prácticamente anuladas y la mujer ve sus actos permanentemente supervisados por un varón. La vida de las mujeres saudíes carece de autonomía, no pueden votar, no pueden conducir, no pueden estudiar… para todo se necesita el permiso de un hombre, en una sociedad en la que el género femenino se encuentra en una eterna minoría de edad.
Arabia Saudita mantiene una monarquía absoluta y conservadora, en la que el Parlamento no tiene poderes legislativos. Ante esta cámara, el monarca ha hecho su anuncio a través de un discurso que ha pillado por sorpresa incluso a las mujeres más activistas; de hecho, algunas de ellas se han apresurado a recordar todas las promesas incumplidas en el pasado y cómo en esta ocasión, la “prerrogativa” se ha estipulado a largo plazo, por lo que no será inmediatamente comprobable.
Lo cierto es que la desconfianza de la población femenina del reino saudí no es para menos. Ya se les hizo la misma promesa en el pasado, adelantándoles que podrían votar en las elecciones que se celebran el jueves y, sin embargo, sólo los hombres están citados con las urnas y pueden ser candidatos.
Los analistas políticos y sociales han visto en la decisión del rey Abdalá una manera de intentar parar lo inevitable, puesto que un grupo de intelectuales y activistas saudíes han solicitado la participación política de la mujer. Además, los hijos de los extranjeros, a quienes no se les reconoce el derecho a la nacionalidad, también apoyan esa causa.
En Facebook ya existe una página de apoyo bajo el lema “Revolución de las mujeres de Arabia Saudí”.