Si te estás planteando un mini breack, las posibilidades que ofrece el Penedés son infinitas. Es imprescindible perderse por la zona del Alt, el Baix o el macizo del Garraf, todos ellos rincones maravillosos, con paisajes cambiantes, gente hospitalaria, una gastronomía privilegiada y, cómo no, grandes vinos y cavas. Abróchate ahora el cinturón, aquí comienza nuestro viaje.
Nuestro punto de partida es Barcelona. Cogemos una salida que, pese a estar muy próxima a la ciudad, es bastante desconocida. Después de 30km por la autopista, nos desviamos por Martorell, dirección Masquefa, para llegar a la Beguda Alta.
Allí, a través de un camino sin asfaltar, hacemos nuestra primera parada en uno de los hoteles rurales con más encanto de la zona: Mas Joliu. Sin duda, éste es uno de los secretos mejor guardados entre los amantes del enoturismo y la gastronomía, ya que no tiene página web para, precisamente, mantener esa atención exclusiva. La casa se encuentra rodeada de olivos, cipreses y viñedos que, en esta época del año, presumen de las tonalidades tostadas del otoño.
A muy corta distancia, se encuentra la Bodega Masía Bach, en el término municipal de Sant Esteve Sesrovires. Recorremos los salones de la masía y visitamos la bodega. También se puede hacer un curso de iniciación a la cata.
Más tarde, nos dirigimos a las Bodegas Codorníu, las más representativas de la región del Cava, y conocidas por los lugareños como La casa Gran. El edificio, catalogado como monumento histórico artístico y de estilo modernista, está rodeado por jardines de árboles centenarios. Tras descubrir las cavas subterráneas y el museo, catamos la novedad de este año: Cava Reina María Cristina, elaborado con uvas Pinot Noir. Éste es el primer Blanc de Noirs de la región del cava. También degustamos otro producto sorprendente, el Pinot Noir rosado, para así comprobar cómo se pueden hacer dos cavas distintos de una misma variedad de uva, la Pinot Noir.