Con toda esa energía, capital humano e inversión emocional, el producto final nunca puede fallar, y más si la innovación es otra de las máximas de la casa Pandora. Pandora diseña y saca al mercado nuevos abalorios con los que actualizar sus catálogos todos los años, y en 2011 le ha tocado el turno a uno muy especial, el que se encarga de conmemorar el 10º aniversario del legendario brazalete.
Según Lisbeth Larsen, ‘Nos pareció esencial dar vida a una joya simbólica que evocase los diez años de creación de los charms, en leitmotiv de la feminidad bañado en oro y con diamantes’.
Y como cuando se está en racha no se puede parar, la casa acaba de lanzar además una colección de abalorios por nacionalidades; es decir, que se basan en los rasgos típicos, elementos representativos o peculiaridades culturales de más de una veintena de países para dar forma a una pulsera o un collar con denominación de origen.
Así, por ejemplo, para Australia se han moldeado canguros (hay muchos), para China minibolsos (al por mayor), para Gran Bretaña teteras (el momento más british), para EE.UU. balones de fútbol americano (orgullo nacional) o para Italia zapatos (megafashion, por supuesto). España no iba a ser menos: con el azul de las playas y de nuestro cielo (siempre despejado) y el verde del optimismo y de nuestro saber vivir como colores predominantes, Pandora presenta una maleta de plata, original materialización del paraíso turístico que es nuestro país, o unos alegres y regordetes niños, que transmiten la importancia de la familia entre nuestras fronteras.
Ya sea por hacer patria o por puro capricho, lo que está claro es que esta firma abre el camino a la imaginación y el estilo de la mano de algo tan pequeño como es un charm, pero un charm que se ha convertido en todo un símbolo de la individualidad.
Imagen: pandora