Además de aprender a perdonar a los demás, debemos saber perdonarnos a nosotras mismas. Quizás lo más difícil de todo.
Analiza. Haz un ejercicio de atención consciente y reflexión y, sobre todo, intenta ser objetiva.
Sé amable contigo misma. Toma nota de tus pensamientos y reacciones, pero sin juzgarlas. La hipercrítica actúa como una especie de lenguaje interior negativo que hace trizas tu confianza.
Relativiza lo ocurrido. Da a cada suceso la importancia que se merece. La mayoría de las cosas no son tan importantes como para no merecer tu perdón.
Una nueva mirada. No puedes cambiar el pasado, pero perdonarte te ayudará a cambiar la manera que tienes de mirar el presente, de vivirlo y de enfrentarte al futuro.
El esfuerzo vale la pena. Te ayudará a conocerte mejor y a liberarte de culpa. Ayuda a conectar contigo y con los demás.
Otra cosa muy importante es pensar en positivo. Aquí os dejamos 5 actitudes para ser positivas:
- Empatía. Supone sentarse en la ‘silla’ de la otra persona. Encontrar la verdadera motivación de tu ofensor y las razones de su conducta.
- Comprensión. No significa que se tenga que coincidir con la conducta del otro ni justificarla. Comprendemos que ya no necesitamos aferrarnos a nuestros rencores y resentimientos, nuestras iras ni nuestra autocompasión.
- Generosidad. Implica renunciar a la venganza y al odio. Aceptamos que nada de lo que podamos hacer en este sentido nos hará sentir mejor.
- Humildad. No podemos situarnos por encima del otro. Elegimos liberarnos y estar en paz antes que encastillarnos en tener razón.
- Tolerancia. Interioriza que, aunque perdonemos, la otra persona es como es y no necesariamente cambiará. Se trata de modificar nuestros pensamientos y actitudes al respecto.
Imagen: piojocritico