Tras los buenos resultados de la serie Paranormal Activity, Paramount Pictures decidió crear una pequeña división dentro de la compañía llamada Insruge Pictures. El propósito de esta rama de la empresa es hacer o comprar películas de presupuesto pequeño (un millón de dólares) con el objetivo de convertirlas en tan rentables como lo han sido las tres cintas de Paranormal Activity.
La primera criatura es Devil Inside, una combinación de narrativa cinematográfica tradicional, escenas bastante espeluznantes de posesiones demoníacas y la sabiduría de una pareja especialista en cine de terror que sabe de lo que habla. Ellos son William Brent Bell (director y guionista) y Matthew Peterman (guionista), cuya anterior película, Stay Alive, habla de un videojuego tan realista y adictivo que los que lo juegan mueren de forma brutal.
Después de El Rito (2011), con Anthony Hopkins, Exorcismo en Connecticut (2009), con Virginia Madsen, y las experiencias cámara en mano de El último exorcismo (2010), llega a nuestras pantallas esta cinta sobre posesiones demoníacas rodada en Italia y Rumanía.
Escrita y dirigida por William Brent Bell la historia de la película arranca en 1989, cuando los servicios de emergencia reciben una llamada del 112 de una mujer confesando que ha asesinado brutalmente a tres personas. 20 años después, su hija Isabel (la bella actriz brasileña Fernanda Andrade), trata de comprender la verdad de lo sucedido esa noche y viaja al Hospital de Centrino para depravados mentales en Italia, donde su madre ha sido encerrada para determinar si es una enferma mental o está poseída por demonios.
Isabel decide reclutar a dos jóvenes exorcistas (Simon Quarterman y Evan Helmuth) que podrían curar a su madre usando métodos poco convencionales que combinan la ciencia y la religión y terminan enfrentándose cara a cara con el mal en estado puro en forma de cuatro poderosos demonios.
Imagen: limaenescena