Según la propia OMS (Organización Mundial de la Salud), las causas principales son los desequilibrios entre ingresos y gastos de calorías. En este sentido, la modificación mundial de las dietas, con tendencia a una ingesta mayor de alimentos hipercalóricos, ricos en grasas saturadas y en azúcares y con un bajo nivel de vitaminas, aumenta el sobrepeso. Además, la tendencia mundial a reducir la actividad física debido a la naturaleza cada vez más sedentaria de trabajos, a los cambios en los modos de transporte de los seres humanos y a la creciente urbanización.
Así, la población sigue aumentando de peso de manera continua y progresiva y provocando, además de un aumento de las tallas y de una reducción de la autoconfianza del ser humano por los conflictos sociales que ésta origina, otras repercusiones en el organismo, como es el origen de otras enfermedades cardiovasculares como el infarto de miocardio y las cardiopatías. Éstas provocan 17 millones de muertes en el mundo al año, siendo el principal motivo de los fallecimientos mundiales. En este sentido, también, como ya hemos comentado, la diabetes ha aumento dentro de la población mundial por los desequilibrios alimentarios que sufrimos hoy en día.
Otras enfermedades, como las relacionadas con el aparato locomotor, en particular la artrosis, tiene unos vínculos directos con el aumento desorbitado de peso en los seres humanos. Por último, se ha demostrado que algunos tumores, como el de colon, el de mama o el de endometrio tienen una relación directa con los problemas de sobrepeso que sufren los pacientes.
Pero quizá el principal problema al que nos enfrentamos actualmente es el elevado número de niños que sufren ya problemas de sobrepeso, algo impensable hace simplemente unas décadas. La OMS está actuando en ello y configurando una tabla de recomendaciones para los más pequeños y, sobre todo, para sus padres, ya que las cifras que sitúan el número de obesos infantiles en varios millones de personas en todo el mundo comienzan a asustar. La mala alimentación, basada principalmente en bollería, productos hipercalóricos y en azúcares, y la ausencia de ejercicio físico tras acabar la actividad escolar están aumentando estas cifras de manera casi exponencial.
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Fuente: mujerinnovadora