En la actualidad, se considera que existe hipertensión cuando de forma persistente se presentan cifras iguales o superiores a 140 mmHg (milímetros de mercurio) de máxima o 90 mmHG de mínima.
Pero cuidado, estas cifras no tienen un valor absoluto. Constituyen el punto de corte que la ciencia médica considera razonable para plantearse un tratamiento. Sin embargo, tanto por debajo como por encima, existen diferentes intervalos que van desde las cifras de tensión ideales (por debajo de 120/80) hasta la hipertensión grave (por encima de 180/110).
Otro dato importante que debes tener muy en cuenta es que la hipertensión no es un factor de riesgo cardiovascular aislado. Aparece junto a otros, como la edad (a más años, más riesgo cardiovascular), el sexo (los hombres presentan más riesgo que las mujeres, aunque tras la menopausia tiende a igualarse), los antecedentes familiares, el colesterol elevado, el tabaco, la obesidad, el sedentarismo o la presencia de diabetes.
De ahí que hoy día lo que se valore, a la hora de decidir el tratamiento, sea no tanto las cifras de tensión como el riesgo cardiovascular en su conjunto.
Un ejemplo fácil de entender: en una persona obesa, fumadora, con colesterol alto y antecedentes familiares de infarto resulta perentoria la necesidad de tratar con medicamentos, incluso una hipertensión ligera. En otra persona sin factores de riesgo asociados bastará con cambiar una serie de hábitos y ver la evlución.
Desde Canal Mujer nos permitimos aconsejaros realizar ejercicio y moderar el consumo de sal:
- Si tienes más de 40 años, os aconsejamo tomaros la tensión arterial una vez cada dos años. Si es superior a 130/85, puede ser necesario hacerlo con más frecuencia.
- Por debajo de esa edad, algunos especialistas recomiendan medirla a los 18 años, y después cada cuatro o cinco años.
- Si te detectan hipertensión, un cambio de los hábitos de vida (ejercicio, perder peso y disminución del consumo de sal) puede ser más que suficiente para reducirla.
- Aun así, en muchos casos es inevitable el tratamiento con medicamentos, que deberéis mantener de forma crónica. Abandonar el tratamiento supondrá volver a cifras de tensión elevadas.
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