Siempre que hablamos de estrés pensamos en situaciones límites en las que las personas terminan con problemas serios como, por ejemplo, la caída del cabello o los ataques de ansiedad. Pero, al igual que en otros problemas, el estrés tiene niveles y no todos parecen ser dañinos, o por lo menos eso es lo que se ha descubierto en un reciente estudio.
Según parece, estas pequeñas situaciones de estrés podrían ser beneficiosas para nuestro organismo, ya que puede servirnos de impulso en las situaciones más difíciles, claro está que se habla de un estrés mínimo, es decir, cuando tienes dos cosas que hacer y no sabes cuál hacer primero, que, en esta situación de estrés, termina por hacer antes lo más importante.
También, según afirman los estudiosos, estas situaciones de estrés podrían hacer que nos concentrásemos mejor y que tuviésemos un mayor nivel de atención en lo que hacemos, ya que para nosotros es importante terminarlo cuando antes y, además, hacerlo bien.
Estos pequeños momentos de estrés vienen muy bien para las entrevistas laborales, los exámenes o las disertaciones, ya que hacen que prestemos el mayor nivel de atención posible que tenemos, lo cual puede que no hagamos si estamos completamente relajados y pensando en otras cuestiones.
Claro está que de vez en cuando es bueno desconectar de esa pequeña tensión y no pensar en nada, simplemente en relajarse y en disfrutar del día, pero, por regla general, el mínimo estrés puede ser bueno para nuestro día a día.
¿Creéis que este estudio está en lo cierto?