Cada vez que tengamos que decorar un espacio deberemos tener en cuenta la luminosidad del mismo. Conseguir que el salón de casa tenga la iluminación correcta nos ayudará a realizar las tareas diarias, generar una sensación de confort sin igual e, incluso, dar sensación de amplitud.
Nos consta la multifuncionalidad del salón. En él, normalmente, comparten espacio zonas bien diferenciadas como por ejemplo, zona de descanso, para ver la tele, trabajar, comer, leer, recibir a las visitas…
Para conseguir una iluminación óptima del salón debemos tener en cuenta la luz natural que llega al mismo, la luz general, la ambiental y la puntual.
Nos vamos a centrar en la mesa del comedor, en la que la mayoría de nosotras realizamos los almuerzos y las cenas. Debemos cuidar todos los detalles para crear un ambiente que invite a la calma y la tertulia.
Lo primero a realizar es localizar el centro perfecto de la mesa y, sobre ella, situar el punto de luz en el que colgaremos la lámpara. Así quedará centrada y evitaremos desequilibrios visuales, de peso y de luz.
En caso de querer algo más decorativo o chic, podemos decantarnos por una lámpara de diseño o colocar más de una lámpara sobre la mesa. En éste último caso es preferible optar por un número impar de luces para situarlas de forma ordenada sobre la mesa.
La luz debe ser cálida, amarillenta, para que el ambiente sea el apropiado tanto en las comidas como en la sobremesa.
Las lámparas colgantes, además de generar la luz necesaria para ver, logra que los límites de la estancia se acerquen, de forma que al sentarnos a la mesa no sentiremos sobre nuestras cabezas una altura excesiva con la consiguiente sensación de desamparo.
Imagen: ikea