La española no es una cultura muy dada a los excesos. Nosotros somos más de ir correctitos, sin salirnos de la pauta, no vaya a ser que nuestro vecino piense que somos unos horteras redomados. Además, nos encanta comentar -que no criticar- las salidas de tiesto de todo el que se cruza en nuestro camino. ¡Ay de aquel que se crea Beatriz de York! (su tocado puso un antes y un después en el mundo de las bodas).
Si bajo estas credenciales aún te atreves con la tendencia del ‘todo lo que brilla’ (glitter look), te aconsejamos que al menos intentes seguir estas mínimas normas de decoro.
De uno en uno. Que llevar juntas todas las prendas estampadas, doradas y brillantes que tienes en tu armario pueda ser lo más moderno del mundo, no quiere decir que sea elegante ni sofisticado. Combina tu falda de cristales bordados con una simple camiseta de algodón. Te lo agradecerán tus familiares y amigos.
Accesorios neutros. Los zapatos y bolsos en tonos neutros (desde el negro al crema, los pasteles, empolvados…) y en pieles lisas -las avestruces, cocodrilos o pitones nunca han hecho migas con las aplicaciones, lentejuelas y demás. Como mucho aceptamos los salones de Louis Vuitton de puntera metalizada que Alexa Chung parece no quitarse ultimamente.
Vida nocturna. Aunque en un momento de clarividencia te pueda parecer una buena idea, estos looks no están indicados para ir a la oficina. Siendo las noches de verano su hábitat natural -no es necesario pensar en chaquetas, pañuelos ni abrigos con que llevarlos-, también están indicados para cócteles varios.
Rendirse a las lentejuelas, los dorados, el lúrex y los cristales no tiene por qué pasar factura.
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