La extracción de leche es otro aspecto de la lactancia, una técnica que, con paciencia, te permite que tu bebé se beneficie de las ventajas de tu leche cuando tú no puedas darle el pecho, por ejemplo si es prematuro o cuando tengas que volver al trabajo. También puede ser útil para evitar la ingurgitación, al ayudar al buen vaciado del pecho. Aunque al principio te parezca una tarea difícil e incluso un poco frustrante, poco a poco irás cogiendo práctica y verás lo útil que es.
Principalmente existen dos métodos para extraer la leche materna:
Manual. Es sencillo y se basa fundamentalmente en una serie de masajes y movimientos rotatorios y rítmicos, pero que requiere práctica. La técnica de Marmet es la más utilizada, y para realizarla se debe colocar el pulgar y los dedos índice y medio a una distancia de tres o cuatro centímetros del pezón (no del borde de la areola, cuyo tamaño varía según cada mujer), de manera que formen una letra C. Empujas los dedos hacia tus costillas y aprieta tus dedos pulgar, índice y medio hacia el pezón (si tu seno es muy grande, levántalo un poco antes de presionar hacia las costillas). Deposita la leche extraída en un recipiente esterilizado de boca ancha. Repite el procedimiento rítmicamente para vaciar completamente los depósitos de leche. Una vez que no salga más leche, cambia la posición de tu mano girándola un poco y repite el mismo procedimiento.
Con sacaleches. Los hay manuales y eléctricos, pero ambos simulan la succión del pezón, depositando la leche en un recipiente. En los manuales, la fuerza de succión se logra apretando con la mano, bombeando; mientras que en los eléctricos, la presión la ejerce el propio aparato. Desde la organización de La Liga de la Leche hacen algunas matizaciones al respecto: “los mejores sacaleches manuales son aquellos que imitan el efecto de una jeringa, o bien los que pueden utilizarse con una sola mano. Entre los eléctricos, los hay de extracción sencilla (un pecho cada vez) y doble (los dos pechos a la vez)”. Cada madre escogerá el tipo de extractor que mejor le vaya, pudiendo combinar ambos, según las necesidades.
Una vez extraída, la leche conserva sus propiedades en el frigorífico unos cinco días y, congelada, entre tres y seis meses, en función de la temperatura.
Imagen: nacerencordoba
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