Como ha hallado Karin Ried, de la universidad australiana de Adelaida, el chocolate aumenta la cantidad de óxido nítrico formado en el endotelio de los vasos sanguíneos, esto es, el tejido que recubre su interior, lo que favorece la vasodilatación y reduce la presión arterial. El efecto sobre esta última sería equiparable al de treinta minutos de ejercicio físico diario. Por su parte, investigadores suecos han revelado que el cacao inhibe la ECA, enzima implicada en la hipertensión.
Ya sea en forma de bombón, cubriendo una tarta Sacher o transformado en tentadora trufa, el cacao reduce un tercio la probabilidad de sufrir cardiopatías, sobre todo infartos. Estos beneficios se atribuyen a sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, a su capacidad para reducir la presión arterial y a que previene la diabetes.
Científicos de la Universidad de Copenhage han probado que el chocolate negro es más saciante que la variedad con leche. Para demostrarlo, pidieron a varias decenas de voluntarios que tomaran 100 gramos del primero. Dos horas y media después, les invitaron a comer pizza hasta hartarse. Unos días más tarde repitieron el experimento, pero reemplazando el aperitivo por chocolate con leche: en esta ocasión, los comensales devoraron un 15% más de pizza.
Se ha demostrado que los polifenoles del cacao reducen la concentración en sangre del colesterol malo (LDL), que se deposita en las paredes de las arterias. Al mismo tiempo incrementan los niveles del bueno (HDL), es decir, las lipoproteínas que transportan el colesterol desde los tejidos hasta el hígado para eliminarlo del organismo.
De acuerdo con un estudio realizado recientemente en el Imperial College de Londres, la teobromina -un alcaloide- del cacao puede resultar muy efectiva en el tratamiento de la tos persistente. Incluso más que la codeína, componente habitual de los jarabes recetados para combatir los síntomas del catarro. Los autores de la investigación lo atribuyen a que el principio activo del manjar vegetal inhibe la actividad del nervio vago, que se estimula cuando tosemos.
Muchos expertos recomiendan tomar una porción de chocolate antes de enfrentarnos a un examen por su contenido en epicatequina, flavonoide vegetal que aumenta el flujo de sangre al cerebro y mejora la memoria. Además, puede beneficiar a quienes practican deporte, ya que potencia la capacidad muscular y la resistencia. Así se ha demostrado con pacientes que sufrían daños en las mitocondrias -las centrales energéticas celulares- del músculo.
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Fuente: muyinteresante