No voy a entrar en detalles, más que nada porque cuando lo veo en la tele me entran los siete males y he de cambiar de canal, pero lo que queda claro es que tras años diciendo que quería contar la verdad y que la dejasen en paz, Isabel Pantoja, supongo que siguiendo los consejos de su abogado, se limita a contestar a sus preguntas, obviando por completo las preguntas de la fiscalía.
Y encima, que se supone que son las preguntas que lleva ensayadas… y vaya si lleva ensayado el teatrillo… casi van y la cagan ellos dos solos con el tema de si tenían o no negocios con Julián Muñoz Palomo. Y hablando de ensayos, estoy más que segura que el temita del adelgazamiento es otra gran puesta en escena de la tonadillera que ahora, van y dicen que siempre ha usado la talla 36…. No me rio que me atraganto.
Este juicio, de blanqueo de capitales, que no para de salir incluso en los telediarios –y es que no es para menos- es una muestra más de como cualquier persona sin prejuicios y untando de dinero hasta al mismísimo… mejor me callo, conseguirá irse de rositas, con los bolsillos bien llenos a costa del resto de los gilip… perdón, de las personas de a pie. Que también hay alguna que es ‘pa matarla’ cuando lanzan piropos y esas cosas.
Y en caso de no disponer del dinero, por el motivo que sea… juergas, compras locas, viajes, hijos tocados mentalmente, regalos,… no pasa nada, que para eso está Telecinco y sus magníficos programas que se tiran horas y horas cada día malmetiendo entre su propio personal a la espera de carnaza nueva a la que poder hincar el diente.
Me muero de vergüenza ajena.
Imagen: i2.esmas
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