Desde que somos pequeñas y descubrimos la goma de mascar solemos aficionarnos al chicle. Ahora bien, masticar chicle, ¿es bueno, malo, regular, indiferente? La polémica está servida.
Por un lado tenemos a los odontólogos que no aconsejan mascar chicle de forma diaria porque puede generar ciertos molestares en la boca. Pero por otro lado tenemos lo que sentimos al mascar chicle, nos produce cierto placer, llega a calmar la ansiedad y es un buen sustituto como hábito a la hora de dejar de fumar.
Es más, incluso hay médicos que están a favor del chicle pues según ellos sirve para tratar afecciones como:
- Mal aliento
- Reducción de la acidez de estómago y boca
- Alivio de náuseas
- Ayuda a la hora de dejar el hábito del tabaco
Lo que jamás debemos olvidar es que el chicle no es un alimento. Se trata de una ‘chuche’ compuesta por colorantes, saborizantes, azúcar o edulcorante (dependiendo del tipo de goma de mascar) y, como toda golosina, debemos moderar su consumo. Aquí está la clave, en la moderación. Porque si nos limitamos a mascar chicle un par de veces por semana, satisfaremos nuestra necesidad sin provocarnos efecto adverso alguno.
Teniendo en mente la salud bucal, los efectos negativos de mascar chicle son los siguientes:
- Si el chicle contiene azúcar engorda y provoca caries.
- Puede gases, diarrea e irritación intestinal.
- Si padeces bruxismo a aprietas demasiado los dientes, lo mejor será que evites mascar chicle, ya que gastarás las articulaciones de la mandíbula y terminarás teniendo dolores.
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