Isabel Pantoja triunfó anoche en el Benidorm Palace, ante un aforo de casi 1.500 personas que, en plena crisis, habían pagado entre 50 y 55 euros por ver a la tonadillera en su primera actuación tras ser condenada por el Caso Blaqueo.
Poco importó que apenas 20 días antes en el rostro de la coplera se pudieran observar casi los mismos gestos calcados de aquella otra Isabel Pantoja llevada en volandas, en medio de un dolor que la catapultó al Olympo de los dioses, bajo el título oficial de ‘Viuda de España’.
En esta ocasión, no obstante, las contorsiones de la cantante se debían al malestar generado en medio de una población asfixiada y torturada por la crisis económica, los embargos, el paro y hasta el hambre, que acudía a las puertas de los Juzgados de Málaga para increparla, llamarla ladrona y reventar de indignación, tras la confirmación del juez que la declaraba culpable de blanqueo de capitales y la condenaba a 24 meses de prisión y casi millón y medio de euros de multa.
A Benidorm acudió público de toda España, que salía en peregrinación para entronizar a su particularísima ‘Macarena de la Copla’, una especie de mártir, que canta bien y que por ello parece que poco importa que haya o no robado a todos los españoles, incluso a quienes iban a jalearla anoche.
Ella salió orgullosa, con el mentón arriba, como suele ser habitual en sus apariciones y, aunque se guardó mucho de repetir aquello de ‘dientes, dientes que es lo que les jode’, sí que se creció al interpretar la canción ‘Tu a mí no me hundes’, cuya letra finalizó con el “ellos creen que soy cobarde, porque no hablo, y piensan que me van a hundir, pero no me van a hundir”. Y tanto… ya la estamos ayudando a pagar la multa a golpe de entrada…
Foto en CC: Flickr/Kadellar