Durante el embarazo, pueden surgir algunas infecciones íntimas porque el pH se vuelve más ácido, por lo que los genitales están más desprotegidos, sobre todo durante el primer trimestre. Si estas infecciones no se tratan pueden incluso provocar un parto prematuro. Por este motivo, es necesario que lleves a cabo una adecuada higiene íntima (dos veces al día) a base de productos específicos que tienen una acción antiinflamatoria, calmante y refrescante.
No realices lavados vaginales, pues la vagina se limpia sola por dentro. De hacerlo, puede producirse una alteración en la flora vaginal, que provocaría infecciones. Tampoco es recomendable el uso frecuente de salvaslips.
Si notas síntomas como picor, enrojecimiento de los genitales, alteración en la cantidad de flujo o hinchazón de los genitales, acude al médico.
15. ¿Puedo tener relaciones sexuales en el embarazo?
¡Por supuesto! Siempre que te apetezca, no sólo es posible, sino aconsejable, ya que tiene múltiples beneficios. Por ejemplo, durante el coito, el bebé está mejor oxigenado en el útero. Además, el sexo prepara el cuerpo para el parto: los músculos de la vagina y el útero se estimulan y se ejercitan durante una relación sexual y mejoran su estado para el momento del nacimiento.
Practicar sexo también es bueno para aliviar los dolores de las contracciones del parto. Además de las ventajas psíquicas que esto proporciona a la mujer y a su pareja.
Pero, a pesar de estos beneficios, si no tienes ganas de tener relaciones sexuales en ciertos momentos del embarazo, es totalmente respetable; no te sientas culpable por ello y coméntalo con tu pareja y con el médico.
Imagen: iamaslucker
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