Clece es una empresa de limpieza, mantenimiento, jardinería… y acaba de firmar un acuerdo con el Gobierno en contra de la violencia de género. La noticia es loable, si no fuera porque el acuerdo se ha firmado con la ministra Ana Mato, la misma que intenta eliminar ocho tipos de anticonceptivos de la lista de la Seguridad Social; la misma que decide que mujeres sin hombres -lesbianas y solteras- no tengan derecho a reproducción asistida; la misma que va mermando la Sanidad y el apoyo a la mujer hasta convertir en una caricatura los derechos conseguidos durante años de malos tratos y violencia de género.
Aún hoy, las cifras sobre víctimas femeninas a manos de sus maltratadores resultan espeluznantes y, aunque la noticia de Clece podría ser una buena nueva, la mujer que interviene como interlocutora por parte de un Gobierno represor en materia de derechos sociales, hace que cuanto se pudiera decir suene a chiste.
Se eliminan prótesis mamarias por cáncer, se intentan quitar otras prótesis como las válvulas coronarias, se eliminan anticonceptivos y con la ayuda del, en otra época ‘progresista’ Gallardón, se procura limitar el derecho al aborto hasta límites tercermundistas.
Le damos la enhorabuena a Clece por sus buenas intenciones, pero mientras tengamos un Gobierno cuya titular en temas de igualdad sea Ana Mato, pocos avances y muchos retrocesos parecen acecharnos.