Se está convirtiendo en una moda que viola la intimidad de miles de mujeres, cuyas fotografías acaban colgadas en sites de internet sin consentimiento. Los delincuentes ‘roban’ las imágenes de las féminas en bikini o topless, incluso las muestras amorosas de parejas de lesbianas, que toman el sol en las costas españolas.
Lo cierto es que resulta muy difícil percatarse de quién es el cibervoyeur, sobre todo por la alta tasa de público con teléfonos móviles que acuden a las playas. Es casi imposible identificar si una persona está utilizando su móvil para enviar un mensaje o usa la cámara para tomar imágenes de personas que toman el sol.
Lo cierto es que existen, sólo en España, más de 500 páginas y foros repletos de imágenes de este tipo, donde se cuelgan o intercambian las fotografías ‘robadas’ a las víctimas, en la mayoría de los casos sin que las mujeres lesionadas en su privacidad lleguen a percatarse de que han sido utilizadas.
A este hecho tenemos que añadir la indefensión que sufren estas mujeres, que podemos ser cualquiera de nosotras, resultante de la dificultad de averiguar si estamos ‘colgadas’ en internet. De todos modos y aunque resulte prácticamente imposible detectarnos en la red, si alguna mujer se ‘encuentra’ en alguna web sin su permiso, primero debe dirigirse a los administradores de la página para solicitarles que borren el material.
Si desde el site no acceden a nuestra petición, podremos acudir a la Agencia de Protección de Datos, incluso a los tribunales. Las afectadas pueden interponer demanda por lesión del derecho al honor y la intimidad, exenta de tasas judiciales.
Imagen: profESOr de ESO