La falta de tacto -por no decir luces- de esta mujer, ha vuelto a desencadenar a través de las redes sociales un torbellino de explosiones escritas contra su persona, profesionalidad y, por supuesto, su no saber estar,
Durante el vídeo presentado en el programa en relación con el crimen de Asunta, una de las reporteras entrevistaba a uno de los hombres que encontraron el cadáver en la pista forestal. En las declaraciones juradas de los testigos, todos coincidieron en que en el poco tiempo que tardaron en ir a buscar ayuda a través del 112, el cuerpo de la niña fue cambiado de posición por alguien que, de momento, no ha sido determinado.
Ante este hecho, ni corta ni perezosa Mariló Montero volvió a sus andadas especulando que: “si hubieras dicho que primero tenía el brazo de una manera y luego de otra, podría ser que la propia cuesta, por gravedad, hace caer un brazo. Si acababa de ser asesinada, todavía está blandita“.
Este tipo de comentarios, como ya os he comentado, no es la primera vez que ocurren. Lo peor es que seguramente tampoco será la última. Haciendo memoria de las perlas de esta señora se me viene a la mente su apasionada defensa del Toro de la Vega, su pregunta sobre qué había dentro del coche fúnebre de Sara Montiel y la elucubración que para Mariló es existencial: “que el alma no sea trasplantada con los órganos”.
¿De verdad esto es lo que queremos ver todas las mañanas? Ya que RTVE no reacciona, hagámoslo nosotras.
Imagen: eleconomista
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