Adiós al aborto libre

El nuevo texto es incluso más restrictivo que el de 1985, puesto que queda descartada la posibilidad de abortar en caso de posibles malformaciones del feto, y solo podremos interrumpir la gestación si nos violan o corremos algún tipo de riesgo. Esto, como podéis imaginar, nos aleja millas luz de los derechos de la mujer embarazado con respecto al resto de los países de la Unión Europea.

Las claves de la nueva ley son las siguientes (directamente obtenidas del diario digital 20 minutos, sin modificar, puesto que el tema me enerva y no puedo hablar con dignidad del mismo):

• Solo permite la interrupción del embarazo en dos supuestos: en caso de riesgo para la salud de la madre o de violación. En el primer caso el plazo para abortar es de 22 semanas, mientras que para la agresión sexual son 12 semanas y debe presentarse la denuncia.
• Se elimina el supuesto para abortar debido a una malformación del feto. Solo deja una puerta abierta para estos casos, supeditada a que la anomalía del feto ponga en riesgo la salud física o psíquica de la madre. Para ello necesitará un informe sobre su salud mental y también otro que acredite el diagnóstico de la anomalía fetal.
• Cuando el embarazo suponga un peligro grave para la salud física o psíquica de la mujer, el aborto podrá realizarse hasta la semana 22, siempre que quede acreditado en un informe realizado por dos médicos distintos al facultativo que lo practique y de diferentes centros sanitarios. Luego, la mujer deberá esperar un periodo de siete días de reflexión para abortar.
• Si la gestación supone un peligro vital para la vida de la madre o para su salud, derivado de una anomalía del feto incompatible con la vida que no se hubiera detectado antes, no habrá límite de tiempo para aportar.
• Se prohíbe la publicidad de los centros médicos o de los procedimientos para interrumpir voluntariamente el embarazo.

¡El aborto es sagrado! ¡Mi cuerpo, mis reglas! Es nuestro derecho decidir lo mejor para nuestro cuerpo y futuro.

Imagen: rtve