Y es que, este hombre aprovechó que su perra estaba anestesiada tras someterse a una operación para tatuarle en una de sus patas un corazón con dos nombres, Alex y Mel, el de su mujer. Pretendía mostrar así el amor por su chica sin tener en cuenta que estaba jugando con la vida de otro ser vivo.
El can, una hembra mestiza de pitbull llamada Zion parece estar recuperándose sin mayor problema del incidente causado por su dueño. Desconozco la reacción de Mel, la mujer de Avgerakis, pero las críticas de defensores de los animales han ejercido tanta presión que el tatuador ha tenido que dejar su puesto de trabajo en un salón de tatuajes del barrio de Brooklyn.
Bien podía haberse tatuado él mismo dicho corazón en cualquier zona de su cuerpo, pero no, tuvo que abusar de un animal para ello. Aún con estas, el dueño del centro de tatuajes donde trabajaba, declaró ante Fox News que su exempleado “no ha abusado de su mascota. Simplemente es alguien impulsivo que quiere mucho a su perro. Si no no se hubiese gastado miles de dólares y no le habría operado el tumor del bazo”.
Vosotras me diréis… ¿os gustaría que vuestra pareja abusara de vuestra mascota para demostraros su amor?
Imagen: cuatro