Aunque el cuerpo produce sus propios antioxidantes y el ejercicio favorece esta producción, la mayoría provienen de la dieta. Toma nota de lo que la naturaleza te ofrece:
Germen de trigo
Es una fuente natural de vitamina E y el té verde o Camellia sinesis, rico en polifenoles de importante actividad antioxidante. Los polifenoles tienen facilidad para reducir la producción de radicales libres.
Los antioxidantes, en general, pueden anular los efectos perjudiciales de los radicales libres en las células. Las personas con una dieta variada de frutas y vegetales ricos en polifenoles tienen un riesgo más bajo de contraer algunas alteraciones neurológicas.
Ginkgo Biloba
Las hojas del ginkgo contienen en su composición flavonoides. Estos flavonoides tienen la propiedad de neutralizar radicales libres y de mejorar el flujo sanguíneo cerebral.
Este aporte en oxígeno y nutrientes esenciales ayuda a mejorar la circulación cerebral y a favorecer la memoria.
Vitamina E
Su acción antioxidante disminuye el envejecimiento de la piel, activa la circulación y acelera la cicatrización.
Zinc y Selenio
Minerales antioxidantes presentes en alimentos ricos en proteínas, que son indispensables para frenar los efectos de la oxidación. Su consumo ayuda a mantener una piel joven.
Resveratrol
Molécula presente es especial en la Vid roja (uva) y el Polygonun, plantas con importantes propiedades antioxidantes. El Resveratrol contribuye al bienestar cardiovascular.
Imagen: antienvejecimiento
[…] Para el desayuno la mejor opción es té en vez de café. Ambos contienen cafeína, sustancia que favorece el retorno a la actividad, estimula el consumo de energía (termogénesis) y ayuda a quemar las calorías del desayuno. Pero el té ofrece algunas ventajas añadidas: tiene un alto poder rehidratante y aporta quercitina, un poderoso antioxidante. Puedes alternar té verde, té rojo y té blanco, los 3 son ricos en sustancias antioxidantes. […]