Las lentes polarizadas se recomiendan a todo tipo de persona, tenga o no prescripción óptica, siempre que permanezca mucho tiempo al aire libre realizando actividades como:
Conducir
Los deslumbramientos resultan peligrosos cuando vamos al volante porque, además de ser molestos, reducen la visibilidad, siendo un factor de riesgo de accidente. Si el conductor usa lentes polarizadas se asegura percibir bien los contrastes, algo que resulta fundamental para leer los carteles, las señales de tráfico y los semáforos. Sus ventajas destacan aún más en caso de niebla.
Senderismo o escalada
Cuando realizamos alguna actividad en la montaña estamos expuestos a una luz muy fuerte, la cual aumenta según alcancemos mayor altitud. Su reflejo en las rocas o en otras superficies pueden provocar deslumbramientos que nos impidan percibir pequeños obstáculos y, por tanto, ser el origen de una caída. Si el día se presenta nublado también puede ser un impedimento porque puede impedir que percibamos correctamente los contrastes, algo que podemos evitar con las lentes polarizadas.
Deportes náuticos o prácticas en el mar
Cuando los rayos del sol se reflejan en el agua generan un deslumbramiento que dificulta en gran medida la visión. Si además está lloviendo, hay salpicaduras u otros elementos también molestos, ver bien se complica. En este caso las lentes polarizadas garantizan la protección, y facilitan la visibilidad. Una garantía de su efectividad es que las utilizan los pescadores.
Diferentes deportes
Practicando golf, pádel u otros deportes en los que tenemos que ver la pelota en vuelo a contraluz o sobre el campo, las lentes polarizadas son de gran ayuda porque respetan los colores del ambiente, ofrecen un buen contraste, y equilibran correctamente la luminosidad del objetivo y del fondo, lo que permite que lo veamos claramente.
La ventaja de las lentes polarizadas
Foto | Victor Bezrukov
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