Tras la polémica desatada el pasado fin de semana por la Federación Española de balonmano, cuando advirtió a 21 de los 22 equipos femeninos participantes en el campeonato de Suances (Cantabria) que en el 2015 no permitiría jugar a los clubes a no ser que acatasen la normativa europea de disputar los partidos en “top” y bikini, hoy, la directora general de Deportes del Consejo Superior de Deportes (CSD) Ana Muñoz, afirma que: “Las jugadoras de balonmano playa podrán elegir las equipaciones que prefieran en competiciones nacionales”.
Durante la semana he podido escuchar y leer discusiones entre personalidades del mundo del balonmano playa donde quedaban bien diferenciadas dos posturas… en función del sexo de los entrevistados (aunque, por suerte, siempre hay excepciones). Para la gran mayoría de los varones no había nada de malo en que las jugadoras disputasen partidos en braguitas. Sin embargo, las mujeres que practican este deporte declararon, incluso, sentirse como ‘ganado’ a la hora de competir.
Además, las jugadoras dejaron patente en la cadena Ser que en el balonmano playa femenina no hay sponsors. Es decir, que las equipaciones las pagan ellas y, al igual que me sucede a mí, no comprenden por qué los varones pueden jugar con camiseta y pantalón holgado largo que no supere los diez centímetros desde la rótula mientras que ellas deben dejar al descubierto el ombligo y vestir bikini.
Ana Muñoz se ha reunido esta mañana con Francisco Blázquez, presidente de la Federación Española de Balonmano, para analizar el contenido de la normativa europea en relación a la vestimenta del balonmano playa ya que, claramente, su implantación obligatoria tiene un marcado carácter sexista.
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