La espirulina es un alga de agua dulce reparadora, riquísima en vitaminas y minerales que alimentan la piel intensamente. En la elaboración de la mascarilla, como siempre, emplearemos un segundo elemento, en este caso el aceite de almendras dulces y el de onagra. En el caso de las almendras tenemos un aceite hidratante, mientras que el de onagra fortalece la piel y facilita la asimilación de los principios activos del resto de ingredientes de la mascarilla.
Al igual que en los casos anteriores, si consumimos espirulina en comprimidos, lograremos aumentar la resistencia de nuestra piel a las radiaciones solares así como la contaminación ambiental. Asimismo, tomar 3 comprimidos de onagra de 500 miligramos al día ayuda a que la piel se mantenga hidratada.
Para preparar la mascarilla debemos reducir a polvo, con la ayuda de un mortero, 2 comprimidos de espirulina. Una vez bien machacados los mezclamos con 1 cucharada de aceite de almendras dulces removiendo bien para que se amalgame la mezcla. A continuación pinchamos 2 perlitas de aceite de onagra y vertemos su contenido en la mezcla. Aplicamos la mascarilla y dejamos que actúe entre 15 y 20 minutos.
Por supuesto, no debemos olvidar que para que toda mascarilla casera tenga efecto, nuestra piel ha de estar bien limpia. Desvelado estos secretos, ¿conocéis alguna mascarilla más a tener en cuenta a la hora de cuidar nuestra piel?
Foto | tommerton2010