Ha sido un viaje alucinante desde la pequeña oficina milanesa en la que empezaron en 1985 con 2 millones de liras (menos de 1.200 euros), viviendo de ‘leche y pasta’. Eran los días en los que llamaban ellos mismos a todos para asegurarse de que irían a sus espectáculos.
Ambos son, como sabemos, antiguos amantes, pero ahora su relación es fraternal, aunque la mayor cantidad de tiempo que han pasado separados en 28 años ha sido un fin de semana. Han vivido juntos 18 años, ahora Domenico, de 51, tiene una pareja, y Stefano, de 47, es un single lady, como apostilla su amigo.
Ambos viven solos. Sus apartamentos están uno encima del otro. Es difícil imaginar cómo un novio puede soportar que un antiguo amante esté así de presente, pero da la sensación de que la naturaleza relajada y cariñosa de Stefano lo hace más sencillo.
Stefano es abierto y tiene un sentido del humor juguetón. Domenico es tímido por naturaleza, pero igualmente de trato agradable. Ambos son muy atractivos, carismáticos de un modo sutil. Al preguntarles cómo ha cambiado cada uno de ellos en estos años, Domenico dice que su socio ‘ha mejorado mucho, como un buen vino; es más tranquilo, más dispuesto, con más experiencia. Ha crecido. Cuando comenzábamos era muy peligroso’. Stefano, al escuchar esto lecanta una ceja: ‘Él sigue siendo el mismo’, afirma riéndose.
Dolce es un adicto al trabajo. Siempre está pensando en la siguiente colección (diseña 16 al año). La relajación no es su estado natural, a pesar de parecer calmado. Según Tabitha Simmons, que lleva cinco años trabajando con ellos: ‘Domenico es como una computadora. Recuerda cada prenda que ha creado. Stefano es más juguetón, le gusta hacer reír a la gente, divertirse’.
Pero ambos aprueban todo lo que lleva su nombre, desde los pinalabios hasta las gafas de sol que diseñaron el año pasado con Madonna. Y si piensas en Dolce & Gabbana también piensas en ella. ‘Es una amistad verdadera, vamos de vacaciones juntos y hablamos por teléfono’, dice Stefano. ‘Madonna es nuestro primer amor. Y nunca se olvida el primer amor’.
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