Es viernes por la tarde y María ha quedado con sus amigas, treintañeras y guapas como ella, para cogerse una borrachera monumental. Parecen personajes de Sexo en Nueva York: bien vestidas, con un bolso de marca en una mano y una copa de champán en la otra. ‘Necesito esto para desfogarme. Sé que voy a volver a casa completamente alcoholizada y que, como a menudo sucede, no recordaré nada de lo que pase al final de la noche. Pero lo necesito, cada vez más’.
No parece que tenga importancia la costumbre que ha tomado de beber hasta la inconsciencia el fin de semana -está a la orden del día- y, sin embargo, muchas que estuvieron en su lugar no hace tanto se han tenido que someter a una cura de desintoxicación para dejar atrás lo que, claramente, es una adicción.
La cantidad de chicas dinámicas de la edad y en la misma situación que María es cada vez mayor. William Lowenstein, director de la clínica Montevideo a las afueras de París y especializada en la lucha contra las adicciones, dibuja un perfil: ‘Tienen alrededor de treinta años y éxito en sus profesiones, han vivido una historia de amor importante ya terminada y todos los fines de semana se emborrachan. Al principio creen que no hay ningún problema porque no tiemblan por la mañana, pero en realidad están enganchadas. Utilizan el alcohol como si fuese una medicina cada siete días, y en eso consiste la dependencia’.
Los datos:
- 1/3 de las jóvenes españolas que mantienen relaciones sexuales sin anticonceptivos lo hacen después de haberse emborrachado.
- 45 mujeres de cada 100 beben durante el embarazo en España, lo que se conoce como el síndrome alcohólico fetal (SAF).
- 50 de 100 accidentes en nuestro país están relacionados con el alcohol.
- 90 es el porcentaje de personas que consumen alcohol en España. De ellos, el 12% de las mujeres ingiere más de tres copas diarias.
- 2.000.000 de españoles son bebedores llamados de riesgo y 90.000 dependen del alcohol para vivir.
Imagen: massjoven
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