La península de Yucatán, bañada por el Mar de las Antillas, siempre se vio favorecida por hallarse en la ruta del comercio de larga distancia entre Honduras y Guatemala, y por tener mayor contacto con el Caribe que con el resto del país.
En los años 70 se puso en marcha un gran proyecto urbanístico que rivalizó con Acapulco: la pequeña isla de Cancún se convirtió en uno de los centros de turismo más importantes del mundo. Entre Cancún y Punta Allen, la costa se denomina Riviera Maya. Visita Puerto Morelos y Playa del Carmen, más auténticos.
Chichénitza fue la capital maya más importante de los años 750 a 1200 d.C. En el siglo XVI era aún un lugar destacado de peregrinación –visitado por millones de peregrinos que realizan sus ofrendas-, debido a su impresionante Cenote Sagrado, un pozo natural de veinte metros donde se cree que los mayas arrojaban doncellas como ofrenda al dios del agua.
Entre sus edificios destaca el Castillo, una espectacular pirámide escalonada con 364 peldaños dedicada a Kukulcán, dios tolteca. Fue nombrada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco (1988) y reconocida como una de las Nuevas Maravillas del Mundo (2007).
Fundada en 1200, Tulum fue un importante enclave maya durante los siglos que precedieron a la conquista española. Situada a 130 km de Cancún, es el conjunto arqueológico más importante de toda la costa. Las ruinas, de gran encanto, se asoman al mar Caribe desde los bordes de un acantilado.
Sus playas de ensueño se extienden hacia el sur, hasta las puertas de la Reserva de la Biosfera de Sian Ka’an. Aquí, los hoteles, la mayoría en forma de cabañas y bungalós, son de poca altura y emplean materiales locales lo que, en temporada baja, permite una estancia idílica.
Imagen: vuelaviajes
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