La gripe puede causar complicaciones poencialmente peligrosas. La más común es la neumonía, una infección pulmonar realmente seria cuyas complicaciones son especialmente preocupantes para todos aquellos que no gozan de buen salud y pertenecen a los llamados grupos de riesgo.
Para ellos, es aconsejable vacunarse. Se trata fundamentalmente de los mayores de 65 años y de los menores de esa edad que estén inmunodeprimidos o sufran una enfermedad crónica, ya sea de tipo cardiovascular, pulmonar, metabólico…
La vacuna, además, está recomendada para las mujeres embarazadas y para quienes pueden facilitar la transmisión de la infección debido a sus circunstancias. Este grupo lo componen sobre todo los que comparten espacio de trabajo con enfermos o ancianos: personal sanitario, trabajadores en residencias geriátricas…
Si perteneces a un grupo de riesgo, puedes vacunarte gratuitamente en tu centro de salud, en los meses de octubre y noviembre.
En las pasadas temporadas de gripe y sobre todo durante la pandemia de gripe A de 2009, la vacuna de la gripe suscitó dudas y desconfianza. Si eres de las que se inquietó, recuerda lo siguiente:
- La vacuna no puede producir la enfermedad porque los virus que contiene están muertos o desactivados.
- Sus efectos adversos son normalmente leves: el más frecuente es el escozor en el lugar de la inyección, que puede durar hasta 48 horas.
- Reacciones como fiebre, malestar o dolores musculares se pueden producir en niños menores de 12 años y persistir hasta 2 días.
Por otro lado, es posible que hayas oído hablar de efectos adversos, como la catalepsia, atribuidos a una de las vacunas concretas que se comercializan, llamda Pandemrix. La Agencia Europea del Medicamento se ha pronunciado sobre ella aconsejando no administrarla a menores de 20 años. En su lugar, recomiendan cualquier otro de los preparados trivalentes para la gripe estacional.
En cualquier caso, está demostrado que el balance riesgo-beneficio de las vacunas continua siendo favorable a la vacunación.
Imagen: madeformums