La Organización Mundial de la Salud, la Asociación Española de Pediatría y cada vez más y más investigaciones científicas que no cesan de indagar sobre ella nos recuerdan constantemete que la lactancia materna es el mejor alimento que le podemos ofrecer a nuestro hijo. Y es que todo son ventajas: desde las alimenticias, ya que su composición está adaptada a las necesidades nutricionales del recién nacido; hasta las “medicinales”, gracias a que le protege de numerosas enfermedades. Y, ¡qué decir de los fuertes vínculos afectivos que se establecen gracias a ella!
En Canal Mujer te contamos todo lo que debes saber sobre esta práctica que tu pequeño y tú podréis mantener tanto tiempo como ambos deseéis.
En todos los casos en que las condiciones de la madre y del recién nacido lo permitan, se ha de facilitar la lactancia materna lo antes posible. Nada más colocar al bebé sobre el pecho de la madre observaremos cómo inmediatamente comenzará a buscar y dirigirse hacia la areola, empezando a mamar espontáneamente. Así, la inmensa mayoría de los recién nacidos realiza su primera toma sobre los 60 minutos de vida. A partir de ahí, podrás empezar con la lactancia, buscando ayuda del personal sanitario si es necesario, para que nos ayuden a que todo vaya bien.
En este momento comenzará la lactancia a demanda, lo que implica ofrecer el pecho ante el primer indicio de que el bebé está dispuesto a mamar, pero también respetarlo si no quiere. Poco a poco tu pequeño y tú os iréis conociendo.
Lo que sí es muy importante es que le ofrezcas alternativamente los dos pechos, dejándole que mame hasta que quiera (el tiempo que cada bebé necesita varía; él soltará el pecho espontáneamente).
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