Mitad médico, mitad payaso, Patch Adams es un activista social que aboga por “llevar un pedacito de felicidad a los más necesitados”. Su vida inspiró la película “Patch Adams”, interpretada por Robin Williams.
La primera vez que Patch tuvo que hacer gala de su buen humor fue en un psiquiátrico. Había intentado suicidarse y su médico aconsejó el ingreso. Su compañero de habitación gritaba noche y día. En lugar de emprenderla a gritos él también, Patch le contaba chistes. Esta experiencia le animó a estudiar medicina, y tras graduarse, fundó el Instituto Gesundheit, un hospital donde atendía gratuitamente a enfermos sin recursos.
¿Su mejor medicina? una nariz de payaso con la que conseguía que hasta la persona más triste de la tierra arrancara a reír.
Patch y su equipo han estado en zonas de guerra en Bosnia, en campos de refugiados en Macedonia, en orfanatos para niños con sida en Sudáfrica…y el resultado siempre es el mismo: carcajadas y un poquito de felicidad.
Patch comprendió desde el principio el valor de la sonrisa y del afecto. Muchas veces la medicina que necesitamos es la atención, empatía y cariño de los que nos rodean. Cuando estamos enfermos, esa necesidad es aún más importante y Patch supo canalizarla a través de su nariz de payaso.
¿Qué podemos aprender de su experiencia? quizá la próxima vez que un amigo o familiar se encuentre enfermo y vayamos a visitarle, sea muy positivo intentar llevarle un pedacito de felicidad con forma de sonrisa.