Lo mejor es comenzar con una buena exfoliación corporal: tanto si eres de las que se decanta por el autobronceador o piensas ponerte bajo los rayos de Lorenzo (sin olvidar el fotoprotector, por supuesto), conseguirás un bronceado mucho más bonito y uniforme si tienes exfoliada la piel. Con que lo hagas una vez por semana mientras te duchas es más que suficiente.
La utilización del autobronceador ha de ser correcta. Con esto quiero decir que debes tener la piel hidratada, exfoliada y totalmente seca. Al aplicarlo debes comenzar por los pies hacia arriba, dejando para lo último los brazos y, por supuesto, una vez que hayas terminado lávate bien las manos.
Presta especial atención al cuidado del cabello para que siempre esté bien hidratado. Y es que con el sol, el cloro de las piscinas, la arena de las playas y la sal del mar son factores que resecan el pelo, volviéndolo quebradizo y haciendo que pierda su brillo natural. Para contrarrestar estos efectos comienza desde ya a utilizar champús y mascarillas hidratantes.
Los rayos solares son un factor importantísimo a tener en cuenta a la hora del fotoenvejecimiento de la piel así como la aparición de manchas. Una manera eficaz de tratarlas y prevenirlas consiste en no olvidar, nunca, utilizar cremas con protección solar por el día y para la noche aplicar cosméticos reparadores, iluminadores y anti-manchas.
Llegamos a los pies, que en esta época requieren especial cuidado ante su exposición al calzarnos con sandalias y flip-flops. Debemos aprovechar las duchas para exfoliarlos y, una vez secados, aplicar cremas hidratantes específicos para los mismos. Además, si tienes en mente ponerte zapatos nuevos o que sabes que te rozan, es aconsejable que antes te apliques un stick anti-fricción para evitar la aparición de las ampollas o posibles heridas.
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