Las vacaciones son la época dorada para millones de ciudadanos. El periodo de asueto es tan ansiado que, la mayoría de nosotros, nos pasamos el año soñando con que llegue el momento vacacional. Disfrutamos, nos lo pasamos de miedo, vivimos con alegría y… también nos descuidamos mucho más, pasamos de horarios y damos rienda suelta a nuestros apetitos.
Todo ello se combina con una falta de ejercicio, que dejamos para el resto del año, momento en que nuestra vida rutinaria saca tiempo para tantas cosas. Estas cosas cambian cuando llegan las vacaciones, instante en que nos volvemos más flexibles con nuestras obligaciones y dejar a un lado la vida saludable.
Los excesos vacacionales, donde priman las comidas copiosas, el azúcar, los postres y el alcohol, se traducen en un aumento de peso que, en el caso de los españoles, llega a establecerse en una media de tres kilos más que ponemos en apenas un mes de vida un poco más disoluta.
No obstante, para Alber Lecube, coordinador del Grupos de obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), tampoco pasa nada porque unos días al año olvidemos la rutina y nos dejemos llevar por la relajación, siempre y cuando, el resto del año volvamos a recuperar unos hábitos sanos.
Llega septiembre, la vuelta al cole, la incorporación al trabajo y también se produce un aumento de matriculaciones al gimnasio, algunas visitas más al nutricionista y nuestro sólido propósito de enmienda… hasta el próximo año. ¡Feliz regreso a casa!
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