No deja de asombrarme la fe desmedida que ha embargado el cuerpo de la princesa de las pijas españolas, la hija de la pija madre, Isabel Presley. Tamara Falcó ha sido tocada por la mano de Dios, vaya no creo que se refiera a Maradona. Es algo más profundo y perfectamente compatible con Dior, Channel, Louis Vuitton y el ‘papá en las regatas’.
Yo lo imagino como si el Espíritu Santo hubiera hecho una deposición divina sobre el hombro de la chaqueta vaquera de 5.000 euros de la simpática Tamara. Eso debe ser como una especie de revelación bestial, de esas que no obnubilan el cerebro y mantienen la coherencia de quien ha sido empapado por la gracia.
Claro, porque otra cosa sería que ahora, a la hermana de Chabeli le diera por ir en alpargatas de esparto y cambiara sus carísimos perfumes por colonia de lavanda… ¡Uf, eso sería personalidad múltiple, trastorno bipolar, incluso síndrome depresivo de la jet-set!
No, en el caso de la hija del Marqués de Griñón, se ve que la cosa es más profunda, un éxtasis a lo Santa Teresa, una emoción ‘orgásmica’ de esas que hacen levitar a la santa más ‘plantá’. Si ella misma lo dice. Todo viene a raíz de leer la Biblia, y mira que la mente de la chavala no parece haber sido pervertida por ningún otro libro. En la Biblia, dice Tamara, está escrita toda mi vida… Luego me planteo, ¿será que en vez de la Biblia se ha leído el Hola?
Imagen: Semana.es