Coge lápiz y papel, apunta y sobre todo ponlo en práctica:
- Usa palabras positivas. “¡Qué guapo estás!” dirigido a tu pareja o “¡qué niño más educado tengo!” Son solo dos ejemplos de cómo demostrar admiración y afecto a diario a tus seres queridos.
- Demuestra de forma directa tu amor. Con besos, con abrazos, con caricias, con sonrisas… Hay mil formas. No hace falta que busques excusas. Un “te quiero” a tu pareja o un abrazo a tu hijo son siempre bienvenidos.
- Cuida los buenos modales. Usa a diario palabras como “lo siento”, “me equivoqué”, “por favor” y “gracias”. A veces descuidamos la educación con nuestra familia y es un error. Todos podemos tener un mal día y los nuestros no deben pagar nuestros enfados o disgustos.
- Ante un disgusto, la mejor medicina es un abrazo. Cuando tu hijo esté triste o tu pareja esté de mal humor, dale un abrazo y acarícialo. Se sentirán mejor. Seguro. Haz la prueba.
- Detalles sorpresa. Un perfume, un libro o una prenda de ropa son algunas sugerencias para que sorprendas a tu pareja. En cuanto a tu hijo, juguetes, cuentos o un disfraz le sacarán la mejor de sus sonrisas.
Imagen: netjoven
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