Con este panorama no es de extrañar que las mujeres trabajadoras retrasen cada vez más el momento de ser madres. Aún así conviene que las mujeres embarazadas que desean seguir trabajando, conozcan sus derechos y los permisos a los que pueden optar, tanto durante la gestación como tras el parto.
Actualmente, la protección de la maternidad se aplica a todas las mujeres que están trabajando o han realizado una cotización mínima en un periodo concreto anterior al embarazo.
Siempre que acrediten los requisitos exigidos, las mujeres trabajadoras embarazadas cuentan con unos derechos, tanto si lo hacen por cuenta ajena como propia; son asalariadas o autónomas y trabajan a tiempo completo o parcial.
Si bien legalmente no hay obligación de comunicar el embarazo a la empresa, es recomendable hacerlo; y especialmente si el trabajo que se desempeña puede suponer un riesgo para la madre o el feto (trabajar en un servicio de rayos X, por ejemplo); en cuyo caso, la empresa tiene la obligación de cambiar de puesto de trabajo a la mujer embarazada (siempre que sea posible) sin modificar el contrato ni las condiciones salariales.
Imagen: blogspot
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