Hablamos tal vez de una de las recetas con mayor tradición en un buen número de culturas. De tradición oriental y también mediterránea, la Sopa Fría de Pepinos es quizá una de las recetas más simples, fáciles de preparar, cómodas y refrescantes que se puedan elaborar en verano.
Por supuesto forma parte del grupo de gazpachos y a lo largo de los siglos la humanidad se ha referido a ella con numerosos nombres que perduran hasta hoy y que dependen de la tradición en la que se elabore la receta de los riquísimos pepinos. Tzatziki para los griegos, Dadjik para los judíos, Raitas para los hindúes, Cacik para los armenios…
Sea como fuere, la Sopa Fría de Pepinos resulta un entrante fresco y ligero para los días de calor o si lo has servido como antesala de un plato contundente. Está elaborado con ingredientes muy naturales y puede aportar poquísimas calorías en función de lo que elijas para prepararlo, ya que su valor calórico será mayor si usas yogurt entero o enriqueces la sopa con nata.
Ingredientes:
- 4 yogures desnatados naturales
- 1 pepino
- 1 diente de ajo
- 1 ramita de perejil
- unas 12 hojas de menta fresca
- 2 cucharadas de aceite de oliva
Preparación:
Pon todo el yogurt en la batidora y añade el perejil, la menta y el diente de ajo picados. Bate. A continuación añade el pepino pelado y cortado y vuelve a batir hasta conseguir una crema muy fina. Aquí es donde a algunas personas les gusta añadir un poco de nata, pero eso va a gusto del consumidor.
Lleva la mezcla a la nevera y déjala enfriar durante una hora y aquí también va otro detalle que depende de cómo nos guste la sopa. Algunos cocineros añaden agua helada para hacerla más líquida, a otros ya hemos visto que les gusta más espesa y le han añadido nata y por último una buena mayoría la preferimos tal cual.
Sírvela en bol y decora con menta picada espolvoreada y un par de hojitas.