Seguro que a alguna de vosotras le ha pasado que ha comprado una crema hidratante nueva, la ha abierto para ver cómo es y, finalmente, la ha dejado olvidada en el estante del baño durante bastante tiempo y que, un día cualquier, la descubre de nuevo y no sabe ni la fecha de compra ni de si aún tiene las propiedades necesarias para ayudarnos con nuestra piel.
Así que para que no perdáis el tiempo usando la crema sin saber si os hará o no os hará algo, os voy a dar un pequeño truco (un truco muy lógico, para que mentirnos) para saber cuándo compraste esa crema. La cuestión es que solo debemos anotar en el bote la fecha de compra (y de apertura) del producto. Podéis hacerlo con todo, con el maquillaje, las máscaras de pestaña, las cremas…, y es que aunque el color y el olor de estos productos sean buenos, su efectividad puede haber desaparecido.
Otro truco, y esta vez no es para saber cuándo la hemos comprado, sino para no dejarla olvidada y usarla, es tener la crema a la vista, ya sea en el lavabo, en la mesita de noche e incluso en la cocina, pero tiene que ser un sitio por donde pasemos y donde la veamos, claro está. Por si os sirve, yo siempre las he tenido en el lavabo, así al entrar al baño antes de ir a dormir, siempre la veo y me acuerdo de usarla.
Por último, recordad que tenéis que ser constantes con una crema hidratante facial para que se noten los efectos, no vale untársela un día y olvidarla al otro.