A mediados de 2009, Lenny Kravitz abandonó la Gran Manzana para montar su cuartel general en las Bahamas y preparar el que hoy es su noveno trabajo, Black & White America.
Aunque por el título del álbum se puede llegar a pensar que la nueva administración de Barack Obama ha inspirado al artista, el proceso de creación ha sido un camino mucho más personal. Kravitz, hijo de una cantante afroamericana y un productor de televisión judío, creció en la América de los años 60, la de Martin Luther King y el movimiento por los derechos civiles.
Esta peculiar regresión al pasado le da a su nuevo disco un toque revival, pero, una vez más, el autor se erige como rey del eclecticismo, mezclando distintos estilos, desde el soul y el funk hasta el pop más clásico. Incluso hay alguna colaboración de los reyes de rap Jay Z y Drake. Los próximos dos años los dedicará a recorrer distintos escenarios en una gira casi planetaria, que también le traerá a España.
Kravitz, quien podría haber elegido lanzar un perfume o una línea de ropa para hacer caja, ha optado por el diseño de interiores como su plan B. Su compañía, Kravitz Design, ya ha trabajado en importantes proyectos, como en el del Florida Room del Hotel Delano y en el estudio de grabación del Hotel Seta i, ambos en Miami. De hecho, en esta ciudad se cuecen sus próximos trabajos de interiorismo.
Tras 22 años en el show business, y después de haberse reinventado un par de veces -¿quién no recuerda su look rastaman en versión psicodelia de Mama Said?-, este creador incombustible no tiene miedo al paso del tiempo.
Imagen: lennykravitz