A nadie se le escapa el impacto mediático que un cuidado estilismo puede causar en la opinión pública. El histrionismo pop ya colocó en el objetivo de la prensa a cantantes como Madonna, pero nadie gana en su pretensión de rizar el rizo a la archipremiada Lady Gaga. Cada una de sus apariciones públicas ya sean conciertos, entrega de premios o la mismísima graduación de su hermana menor se convierte en un espectáculo de barroquismo, superposiciones y horror vacui.
Tejidos de lo más orgánicos que la convierten en el gran bistec humano como aquél vestido confeccionado en carne que llevó a la gala de los Premios MTV o esa tendencia por ocultar el rostro tras imposibles máscaras y encajes, la han transformado en el ejemplo más claro de extravagancia al servicio del arte.
Pero muchas veces un vestido, se convierte en esa única pieza de los desvelos de más de una avezada coleccionista. Eloisa Bercero es considerada la coleccionista por antonomasia a nivel nacional.
Desde hace quince años únicamente viste prendas de alta costura y otorga pequeñas concesiones al prét-a-porter de los diseñadores de mayor relevancia del panorama nacional e internacional.
Su figura delgada y esbelta contrasta con la elegancia con la que luce las arrugas de su rostro, y es que esta madrileña confiesa que su vida no tendría sentido si no se dedicara a comprar dos veces al año.
Una cantidad ingente de vestidos cuyos precios oscilan entre los 24.000 y 100.000 euros, pueblan sus armarios y cada una de sus apariciones. Su pasión por la moda la llevó a encabezar el desfile de Duyos en la edición de la Madrid Fashion Week Primavera/Verano 2011.
Afición al alcance de muy pocas manos como las de la heredera del gigante cervecero Daphne Guinness, la mayor coleccionista de alta costura del mundo se ha lanzado también al universo del diseño, y planea abrir un museo en el que exponer cada una de las piezas de esta colección única que ha ido creando a lo largo de los años.
Cada una de las costuras de un vestido esconde novedades, idas y venidas, posibilidades, cortes y colores. Tienen vida propia, la de quienes los lucieron y otra que va mucho más allá se trata tan solo de saber elegir.
Imagen: fugandbusted
Historia de un vestido I – Historia de un vestido II
Fuente: mujerinnovadora