Existen dos tipos: el carcinoma ductal, que comienzan en los conductos mamarios que llevan la leche desde la mama hasta el pezón; y el lobulillar, que se inicia en las partes del pecho en las que se produce la leche. La mayoría de los casos que se detectan actualmente son del primer tipo.
El principal problema de los cánceres de mama es que no suelen presentar síntomas para ser detectado. Cuando el tumor comienza a desarrollarse sí que se detectan síntomas, aunque quizá sea ya algo tarde para el tratamiento sin tener que cortar la mama. Éstos pueden ser dolor de huesos, molestias en las mamas, úlceras cutáneas, hinchazón en los músculos cercanos al pecho (incluso en los brazos) o pérdida de peso.
Existen cuatro factores de riesgo principales para que surjan los cánceres de mama. El primero es la genética, ya que se ha descubierto que la mayoría de las pacientes que sufren tumores en los pechos tienen familiares que ya han tenido este tipo de dolencia. El segundo es la edad, ya que las mujeres en edad menopáusica o premenopáusica sufren más tumores que las más jóvenes o que las más mayores.
Del mismo modo, ya nos hemos referido a que las mujeres sufirmos más tumores que los varones, por lo que el género también puede ser un factor de riesgo, aunque el ser hombre no es excluyente. Por último, el hecho de que las chicas hayan tenido el ciclo menstrual antes de lo habitual (antes de los 12 años) empeora los riesgos de tener cáncer de mama.
Por otro lado, existen otros factores que hacen que proliferen los tumores mamarios, como el consumo de alcohol excesivo, tener los hijos más tarde de los treinta años, el consumo de dietilestilbestrol para evitar abortos, la obesidad o el haber recibido sesiones de radioterapia o de hormonoterapia, así como el tener implantes mamarios de silicona en mal estado, son factores de mucho riesgo para que aparezcan este tipo de tumores.
Imagen: blogdefarmacia
Fuente: mujerinnovadora