E.L. James, una madre londinense desconocida en Gran Bretaña, se ha convertido en la inesperada estrella de la industria editorial estadounidense con su novela erótica Fifty Shades of Grey (es decir, Las 50 sombras de Grey), que arrasa tanto en las librerías como en formato e-book, mucho más discreto.
La historia que relata la novela queda perfectamente resumida en la noticia que ha dado al respecto el diario La Razón en su versión online: “Una universitaria de 21 años virgen y que, para más señas, jamás se ha masturbado. Un multimillonario de 27 años que le dice qué ropa debe ponerse, qué tiene que comer, a dónde puede y a dónde no puede ir y que, sobre todo, hace realidad las fantasías más salvajes que ni siquiera soñó tener. Una historia de sumisión que cuestiona el mito de que las mujeres no consumen porno.”
En la sociedad en la que vivimos, donde para casi cualquier mujer admitir que consume películas pornográficas es tabú, leer la novela de James –donde se relata una relación sadomasoquista– parece haberse convertido, por muy raro que parezca, en un rito aceptable.
El éxito del formato e-book se debe a que el libro –primer capítulo de una trilogía completada por Fifty Shades Darker y Fifty Shades Freed– se publicó en primera instancia por una pequeña editorial australiana con lo que su distribución en EEUU fue escasa y lenta.
Por el momento la autora se ha limitado a afirmar que le gratifica la noticia de que su novela llegará pronto a Estados Unidos y otras partes del mundo. Es su agente literaria, Valerie Hoskins, quien por ahora responde a todas las entrevistas y quien asegura haber recibido ofertas de productores de Hollywood interesados en adquirir los derechos así como de casas editoriales extranjeras para publicar la trilogía en otros idiomas.
Imagen: larazon