Ya es oficial climatológicamente hablando. Ha llegado el buen tiempo y a nosotros nos han entrado las ganas locas de tomar el sol para broncearnos. Antes de lanzarnos a la aventura solar a lo loco, debemos hacernos con un buen fotoprotector y, si además son antiarrugas, mejor que mejor ¿a que sí?
Lo primero que debemos hacer antes de comprar uno es comprobar que el factor de protección sea el adecuado para nuestra piel. Los fotoprotectores nos protegerán al cien por cien de los efectos dañinos de los rayos solares, pero no solo eso, porque además gozan de características adicionales que los convierten en productos muy completos.
Estas cremas no son comedogénicas, es decir, que no producen grasa por lo que nos ahorraremos la aparición de granitos en la piel. Son de texturas ligeras con lo que son de absorción rápida, están libres de alcohol para no irritar la epidermis, son hipoalergénicos (no producen reacciones en las pieles más sensibles) y resisten al agua. Aún así, se recomienda su aplicación cada dos horas aproximadamente ya que la sal marina o el cloro de las piscinas van eliminando la crema de nuestra piel.
Como ya hemos mencionado, antes de hacerte con un fotoprotector antiarrugas, asegúrate de que sea del factor adecuado tanto para tu piel como para el lugar en el que vas a tomar el sol. Por ejemplo, debes saber que si estás en la montaña, los rayos inciden más verticalmente que en la playa, por lo que en esos casos el factor del fotoprotector debe ser mayor en la montaña que el que uses junto al mar.
Por último, desde Canal Mujer te aconsejamos que guardes la crema en lugar fresco y seco para mantenerla en buen estado el mayor tiempo posible.
Imagen: ennoticias